lunes, 1 de agosto de 2011

El poder del número 13




Artículo de Juan Carlos D. Aragón.
Mucho se le teme al número 13, al grado de considerarlo de mala suerte o peor aún, de incluso huir cuando aparece.
A decir verdad no es un número fácil, incluso podría decir que es un número muy complejo al que se le tiene que aprender a manejar para que no se vuelva una energía negativa, trataré de explicar por qué:
Este número está compuesto por el número que representa a Dios: el número 1; este último es energía creadora por excelencia, independiente, impulsivo, es el número del inicio y del fin (1-2-3-4-5-6-7-8-9-10). Es la energía, masculina o positiva, que tienen los líderes, así que el 1 es un número poderoso: el poder de hacer lo que se piensa.
El segundo número que compone el 13 es el 3: el número de los resultados, que si bien es originado por la energía masculina del 1 más la energía negativa del 2, como número autónomo es energía masculina; es el número de lo creado que regenera la creación, de gran luz y fuerza expansiva.
Ahora estamos viendo dónde radica el poder del número 13, tiene gran fuerza, demasiado ímpetu, comparémoslo con dos leones que luchan por ser los líderes de la manada… es ahí donde empiezan las dificultades con este número: no hay nada que los contenga: qué ocurriría si Dios Padre (número 1) entablara una lucha a muerte con Dios Hijo (número 3), ninguno ganaría, pero los dos saldrían severamente dañados. Este número entonces es el número de los grandes conflictos internos, ya que están encerrados dentro del número de la estabilidad, el 4 (1+3). En su relación con este último número, podemos encontrar la majestuosidad de la Matemática Sagrada o Numerología: la gran energía formada por dos números poderosos, el 1 y el 3, requiere del orden, la disciplina y la fuerza contenedora del 4; si no se recurre a ella el 13 se vuelve un número autodestructivo: el padre y el hijo jamás se matarán, pero se matarán…
Así asimilando las características del número 4, el 13 aprenderá a conducir todo su poder a favor, no en contra, será una lucha victoriosa, no autodestructiva.
En el tarot, el 13 es el número de la Innombrable, la muerte. Así que es un número destructivo, pero que destruye con el fin de regenerarse, el Ave Fénix es el mejor ejemplo: muere para resurgir de entre las cenizas. Por ello quien tenga este número dentro de su carta numerológica tenderá a ser autodestructivo, la mayoría de los suicidas han tenido este número en su esencia numérica. También pasarán pruebas muy duras, de gran destrucción emocional, de hecho buscan dicha destrucción, principalmente es inconsciente, y jamás serán felices si no aprenden a hacer cambios positivos y radicales en su vida espiritual; el problema es su profunda necedad, su gran aferramiento a las estructuras que los han ido rigiendo. Las personas o cosas regidas por la energía del número 13, deben aprender a escuchar a los demás, a hacer lo que hacen buscando el bien ajeno; la paciencia, humildad y sabiduría; el orden, la disciplina, la contención de la energía destructiva. Todo ello hará que el 13 no pase por pruebas difíciles, sobre todo relacionadas con las pérdidas.

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